jueves, 19 de enero de 2012

La prosecion de los bichos

Un jueves numerado por la mala suerte, llego a Valladolid un desfile interminable de enormes animales. Los elefantes encabezaban la marcha, seguidos muy de cerca por rinocerontes, hipopotamos y camellos, guiando a los demas animales por los senderos mas sensibles del valle. 
El viaje empezo en la punta de los pies, provocando con sus millones de pisadas, un cosquilleo nefasto y adormecedor a la altura de la planta. Despues de algunas horas de viaje, sortearon la montanha del talon y empezaron camino cuesta arriba por las pantorrillas, asegurandose de presionar muy bien los nervios y los puntos mas debiles de los musculos. Esta tropa de animales venia muy fiera y decidida a causar dolor. 
Los pesos pesados causaban un dolor inmediato que disminuia de a poco, conforme pasaba la caravana, pero los bichos mas ligeros provocaban una inexplicable sensacion de presion y cansancio sin dolor. 
El viaje por las piernas fue muy largo y dificil, en especial al llegar a los enormes cerros de las nalgas, lisos, empinados y tan flacidos que se les hacia dificil pisar fuerte. La subida, ademas, resultaba muy improductiva, pues habia tanta grasa en los cerros, que ni siquiera las jirafas lograban que sus punteagudas y pesadas pesunhas alcanzaran algun nervio. 
Pero finalmente, luego de mucho escalar y mucho resbalar, llegaron al premio mayor: la espina dorsal. 
Alli se sintieron en el paraiso, rompieron fila y todos los animales, de todos los tipos y tamanhos, corrieron a sus anchas por las planicies de la espalda. Se divirtieron con las rocosidades de las vertebras, brincaron sobre el coxis e hicieron una fiesta con bombos y platillos sobre los nervios mas importantes que recorrian la pradera. 
Despues de una noche de baile y fiesta, siguieron el viaje con la misma libertad y jubilo hacia arriba, trotando y pisoteando y aplastando cada una de las vertebras. Y cuando llegaron al atlas, cansados ya de tanto jugar, decidieron quedarse un par de dias ahi, quietos y bien estacionados. 
La caravana habia encontrado el eden, no solo reposaban en un lugar muy comodo, algo alto y con excelente vista, sino que tambien, presionando algunos puntos especificos, podian enviar dolor desde la base del cuello hasta cualquier punto del cuerpo. 
Actualmente, la prosecion sigue ahi, como loro en su salsa, y la reina de Valladolid aun no encuentra un pesticida, calmante, cama o descanso lo suficientemente efectivo como para deshacerse de todos los bichos que ahora amenazan con causar una torticulis. 

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