sábado, 14 de enero de 2012

La nena monstruo

En el edificio Los Adoquines, ubicado en una calle desierta y muy empinada, hay un guardia viejo y holgazan que acaba de derramarse en la camisa su cafe caliente. Se habia distraido observando a una muchacha que habia pasado de ida y vuelta por la puerta principal al menos unas veinte veces, cuando, de forma inconciente, trato de espantar a un mosquito y golpeo la taza que tenia en su escritorio.
La senhorita que va cincuenta metros calle arriba, y lo mismo calle abajo, teniendo como punto medio la puerta del edificio, es conocida por todos y por ella misma como la nena monstruo.
Es bajita, demasiado blanca y con un cabello de bombril imposible de domar. Lleva mas de una hora yendo y viniendo a paso muy lento, con un ratoncito blanco en las manos y una mirada mas constirpada y nerviosa de lo normal. Es una hipocondriaca en potencia.
Quien la viera ahora, podria pensar entre carcajadas en una cenicienta difunsional, andando al borde de las lagrimas con un raton tan manso y fiel como el mejor de los perros, vestida con el overol y la chompa de su mama. Si la calle no estuviera desierta, su procesion podria pasar inadvertida, pero el guardia de Los Adoquines la sigue hasta donde llega su vista y no puede evitar creer que la pobre es esquizofrenica o sufre de algun otro trastorno.
Pero la nena monstruo, quien ya no recuerda su verdadero nombre, esta ahi por un hombre. Jadea calle arriba, sufre de taquicardia y estruja a su ratoncito solo por un hombre que no va a bajar. Es la primera vez que pisa esa calle y no se anima a subir, o siquiera a pedirle al guardia el favor de que le avise que ella esta ahi, por la verguenza que siente respecto a sus palabras de ayer, cuando decidio estar sola por mucho tiempo y no volver atras. Esta manhana, sin embargo, desperto con la desgarradora necesidad de estar entre sus brazos y se encamino a su calle sin plan ni proposito.
Pero ahora, despues de mucho pensar y caminar, sabe que lo mejor es esperar que el baje por su propia cuenta, para poder acercarsele con temor y sacarse la duda de si el quiere volver a dirigirle la palabra, por piedad, para hablar de lo que sea. Pero eso no va a pasar; hoy, el no va a salir de su apartamento. 
Fue su novio por unos cuantos meses, o al menos asi le llamaba ella cuando nadie podia escucharla. El es dos anhos mayor, pero esta en el mismo colegio. Se conocieron, de manera muy indirecta e implicita, por amigos en comun: ella se dio cuenta de su existencia cuando lo encontro besando a la chica mas bonita de su curso; el escucho a sus amigos burlarse de ella pocas semanas antes de que todos en el colegio se divirtieran a costa de la famosa nena monstruo. 
A ella le encantaba el, no podia resistirse a su sonrisa seductora ni a sus ojos profundos, pero sabia que estaba totalmente fuera de su alcance. Tenia la sensatez suficiente para saberse la chica mas fea del mundo. A el le nacio el interes por ella en un dia lluvioso: iba caminando detras de la nena por uno de los pasajes techados del colegio, rumbo a su clase, cuando una mala amiga agarro un basurero que yacia en la interperie y le arrojo todo su contenido a la nena monstruo, a quien, de inmediato, se le pego al cuerpo la camisita blanca y se le hizo pequenha la faldita cuadrille. 
Todos estallaron en risas, y antes de que pudiera salir corriendo, otra mala amiga le bajo hasta el piso y de un tiron, falda y calzon. El reia a carcajadas, pero no podia negar que su mojada desnudez le causo una perturbacion burbujeante que le quito el suenho por una noche. 
El resto fue facil: la triste nena monstruo no podia hacerse de rogar con el chico de sus suenhos inalcansables. Despues de cruzar unas cuantas palabras, se la llevo al cuarto que alquilaba con sus amigos para drogarse, la dejo como vino al mundo y la hizo gritar hasta que su arma logro atravesar el telar de la inocencia. 
La muchachita estaba enamorada perdidamente de el, y a pesar de que nunca se le declaro ni le dijo que gustaba de ella, la llevaba al cuarto casi a diario. 
Al poco tiempo, todo el colegio estaba enterado -por chismes- no solo de la quasi relacion que llevaban, sino tambien del talento sexual de la nena. Tal como el solia alardear con sus amigos: "Ya saben lo que dicen, feita y desesperada". La frase siempre traia muchas risas consigo. 
La nena monstruo decide sentarse en las gradas de la entrada de Los Adoquines; el cansancio por fin la ha vencido. 
"Busca a alguien, senhorita?", pregunta el guardia. "Si, a Alejandro Lira"; "De parte de quien?"; "De su nena". 
Asi llama el guardia, con esas precisas palabras. "Dice que suba". Y asi sube ella al piso y numero que le indico el senhor, pues es la primera vez que va a la morada de su amado. 
 Alejandro la esta esperando con la puerta abierta. Sin decir nada ni permitirle abrir la boca, la besa y de inmediato la desnuda, y cuando ha derramado su simiente, por fin pregunta: "Que haces aqui?".
"No se", responde ella con sinceridad. Su ratoncito se esta comiendo el popurri que adorna la mesa de te de la sala. "No estaba segura de si querias que volvamos a hablar o no". 
"Estuve pensando en tus palabras de ayer", empieza el, "Eso de que queres estar sola por un largo rato... y creo que es porque nunca me amaste". 
El alma se le cae a los pies, la nena monstruo no da credito a sus oidos. Que nunca lo amo? Como se le ocurre pensar eso? Ella ha dado todo por el, estubo perdida, casi desquiciada de amor. "Por que decis eso?", pregunta con voz tremula. 
"Pensalo, me enganhaste tres veces".
No es mentira. Durante el tiempo en que estuvieron juntos, la nena hizo maldades con un muchacho que fue su amigo por un par de anhos, con uno de sus companheritos cotizados que andaba medio aburrido, y con el mejor amigo de Alejandro, quien puso especial atencion cuando supo de los dotes de la monstruo. 
"No se que decir, estoy muy contrariada", le dice ella con un gran nudo en la garganta. Puede justificarse recordandole que el tambien tuvo andanzas con otras muchas chicas, o defenderse con la verdad de que hizo todo eso por los maltratos que sufrio, sentimentales y fisicos. 
Cuando Alejandro descubrio la primera traicion de su nena, con ese amigo de tiempo, comenzo a golpearla mientras tenian sexo. Pero ella no le va a halegar eso ni nada. Suele ser sumisa, insegura y depresiva, pero ahora su autoestima esta mas fragil que nunca. 
"Vos nunca me amaste", repite el, "Si me hubieras amado, habrias respetado lo nuestro". 
"Yo te amo muchisimo", dice ella por fin, "Pero vos no me respetas a mi y esta relacion me hace mucho danho". Las sobras del amor y la atencion que le han dado otros hombres la han ayudado a encontrar la fuerza suficiente para tenerse un minimo de aprecio. Esta convencida, tiene que aferrarse a la decision de estar sola y hacerle entender a todo el mundo que ella es una mujer que merece lo mejor. 
"Entonces, que haces aqui?", repite el. 

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